Inaugurada el 5 de abril de 2017, ofrece una mirada variada y muy gozosa de la cultura e historia carrilloportense a través de los siglos

Héctor Cobá

El Despertador de Quintana Roo 

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Fotos: Héctor Cobá

Valioso el acervo histórico cultural que se resguarda en Casa de la Crónica, en maya: U Najil Tsíibil Yéetel Ochelo’ob, gracias al empeño del cronista de la ciudad de Felipe Carrillo Puerto Mario Chan Collí, en el que se incluyen instrumentos musicales prehispánicos, utensilios para la explotación del chicle de monte, fotografías y documentos vitales para la historia del municipio, de los inicios del siglo pasado y de la Guerra Social Maya de 1847.

Mezcla de museo y galería con réplicas de fotografías del devenir con documentos básicos para entender el tiempo pasado, con señas de las visitas al rumbo del actor de películas mexicanas Pedro Infante, incluido un bastón de mando, así como documentos básicos para la crónica del lugar, combinación necesaria que agrada al turista, según registra el correspondiente libro de visitas.

“El patrimonio cultural es un bien común de uso social, sobre el que no tenemos propiedad, pero sí tenemos derecho a su uso y disfrute porque éste es de todos”, conveniente frase de bienvenida al lugar que unida con lo que está a la vista para el visitante de la Casa de la Crónica, en la calle 67 entre Benito Juárez y calle 73, a un costado del Museo Maya Santa Cruz Xbáalam Naj, en la ciudad de Felipe Carrillo Puerto, en el municipio del mismo nombre, enriquece el efímero  viaje a lo antiguo.

Donado, en comodato, fotos y documentos originales, fotocopias de fotos y legajos; instrumentos y mucho más son una pequeña e importante muestra de la cultura e historia carrilloportense, la que se une a la Ruta de las Iglesias, a la Zona de Monumentos Históricos de Tihosuco, al Museo Maya Santa Cruz Xbáalam Naj, la Mayapaax, los dignatarios mayas y las haciendas antiguas. Elementos históricos de un municipio que suma su cultura mestiza a su raíz maya.

Hay en la Casa de la Crónica una mesa sin clavos, una jícara labrada para las tortillas, una real marqueta de chicle de monte, así como instrumentos de trabajo del chiclero, billetes antiguos, son apenas probaditas de la casa de la crónica-museo-galería.

Al entrar al lugar, del lado derecho, están unas fotocopias de textos de leyendas de la zona maya de Quintana Roo: Aruxo’ob, los aluxes; junto a los instrumentos de trabajo del chiclero es visible una marqueta de chicle de monte, sí, leyó usted bien, una marqueta real. En la pared en cuadro están muchos billetes de otras épocas y siglos, de un peso, de cinco, de 10, de 20 y de 50; de 100, de 500, mil y de dos mil pesos. También hay muestras del papel moneda de otros países.

Muestra de la artesanía con productos de la región, en específico de Tihosuco, un chú o jícara para las tortillas, labrado. En el panel o pared central, de ambos lados, se muestran fotografías del artista Pedro Infante (QEPD), en momentos cumbre de alguno de sus filmes y de la vida cotidiana en alguna de las casas que él poseía.

De asombro para propios y extraños, la foto del primer edificio, de madera, habilitado como sede del Ayuntamiento, al parecer, del año 1903. Así como imágenes de la construcción de las instalaciones de material para el servicio del agua potable. En la parte de atrás de la pared donde está esta gráfica y otras, hay fotos de los generales mayas, muchas.

Y de regreso a la salida de la Casa de la Crónica, fotos de la locomotora del siglo, del Decauville; de durmientes, clavos y herramientas de éste; del Decreto del nombre de la comunidad Santa Cruz de Bravo, del 10 de junio de 1901. Graficas de militares y de documentos de la Santa Cruz (de los diversos nombres que se le otorgaron a la comunidad).

Al final de la pared hay una mesa sin clavos, antes de salir se recomienda firmar el libro de las visitas y dejar por escrito sus impresiones del viaje al pasado sin compra de boleto alguno, debido a que la entrada al sitio es de índole gratuita.

Existen muchos objetos e imágenes más, los que no se comentan para que todo interesado en el lugar citado acuda, vea y viva la experiencia de la Casa de la Crónica, organizada y administrada desde su apertura, hace casi tres años, el 5 de abril de 2017, por el cronista de la ciudad de Felipe Carrillo Puerto, don Mario Chan Collí.

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“El patrimonio cultural es un bien común de uso social, sobre el que no tenemos propiedad, pero sí tenemos derecho a su uso y disfrute porque éste es de todos”