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ROMA.- Uno de los debates científicos que más apremian es determinar cuánto dura la inmunidad después de recibir la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19, hasta ahora sólo se ha podido puntualizar un periodo de entre seis y 12 meses. El problema es que las variantes como la Delta son más poderosas.

Los países ricos comenzaron a aplicar una tercera dosis, pese al llamado de la OMS de prorrogar la nueva inoculación, para permitir que las naciones menos favorecidas tengan acceso a los antídotos.

El argumento de Pfizer/BioNTech es que han visto una caída de anticuerpos contra el coronavirus entre seis y 12 meses después de la vacunación completa. Una tercera dosis multiplicaría entre cinco y 10 veces los niveles en sangre capaces de neutralizar al virus.

Los estudios realizados hasta el momento coinciden que las vacunas son un arma fiable, con una eficacia que oscila entre 70% y 80%, en las vacunas de vectores virales (las fabricadas por Janssen y AstraZeneca) y una aún mayor, entre 90-95%, en las vacunas de ARN mensajero más innovadoras (Pfizer y Moderna).

Según su sitio oficial, la Sputnik V es una de las tres vacunas del mundo con una eficacia superior a 90% (91.6%) y mantuvo una eficacia de 70% a los 150 días y de 50% a los 125 días. Mientras, la china Sinopharm reportó una eficacia de 79.34%.

Se publicaron tres artículos, en Science, Science Immunology y Nature, que señalan que los anticuerpos, aunque persisten durante al menos seis meses, decaen con el tiempo. No significa que el cuerpo humano, en caso de una exposición al virus, se encuentre desprotegido.

Es posible que la aplicación de una dosis de refuerzo forme parte del esquema para completar la inmunización y no sea un requisito anual, según expertos.