AGENCIAS

 

WASHINGTON.- El Gobierno de Estados Unidos vive una intensa crisis por la salida abrupta de las tropas y el personal diplomático de Afganistán, así como por el fracaso del Ejército de Afganistán ante las tropas talibanes, que han tomado el poder en apenas dos semanas. Tal es el nivel de presión que nadie quiere asumir culpas por el desenlace en Afganistán y se trata de esquivar todo tipo de paralelismo con el fin de la guerra de Vietnam.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, responsabilizó de lo ocurrido a las fuerzas de seguridad afganas y al Gobierno del presidente Donald Trump (2017-2021), mientras la oposición republicana tachaba de “inexcusable” y “vergonzosa” la actuación de la Casa Blanca.

“Las fuerzas (afganas) han sido incapaces de defender el país, y eso ha ocurrido más rápidamente de lo que anticipamos”, dijo Blinken en una entrevista con la cadena televisiva CNN.

Mientras las televisiones mostraban imágenes de helicópteros trasladando al aeropuerto de Kabul a todo el personal de la embajada de Estados Unidos, Blinken intentó desestimar las comparaciones con la caída de Saigón que puso fin a la guerra de Vietnam en 1975.

“Esto no es Saigón”, subrayó el jefe de la diplomacia estadounidense, a pesar de que en esa ciudad hubo una evacuación aérea del personal de la embajada prácticamente idéntica a la de Kabul.

Muchas de las críticas se centraron en el hecho de que, el pasado 8 de julio, Biden pronosticó que “bajo ninguna circunstancia” se sacaría al personal de la embajada “desde el tejado”, y consideró “altamente improbable” que los talibanes acabaran “conquistando todo” el país.

Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de EE.UU., aseguró este lunes que el presidente Joe Biden no consideraba que la llegada al poder de los talibanes fuera “inevitable”, y quiso dejar claro que fueron las fuerzas afganas quienes decidieron no “luchar por su país”.