MÉXICO.- Miles de personas, en su mayoría centroamericanos y haitianos que integran la bautizada como ‘caravana madre’, marchan lentamente por México con un objetivo: avanzar en sus trámites migratorios. Salieron el pasado sábado desde el municipio de Tapachula, en el estado de Chiapas, y desde entonces se les han ido uniendo más personas.

Caminan cansados, bajo altas temperaturas, a un ritmo lento por los niños, ancianos y embarazadas que viajan en el grupo y aprovechan algunos tramos para descansar. El miércoles llegaron a Villa Comaltitlán y este jueves de madrugada prosiguieron la ruta.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha advertido que dentro del contingente viajan grupos familiares acompañados de lactantes, niñas, niños, adolescentes, personas con discapacidad, ancianos y miembros de la comunidad LGBTTTIQ+. Por ello, pide que se desplieguen “condiciones de seguridad que impidan abusos en su contra”.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció el “uso excesivo de la fuerza” por parte de las fuerzas de seguridad mexicanas” y, según sus informaciones, durante los operativos de control migratorio, un niño resultó herido por agentes de la Guardia Nacional.

Aunque de mucho menor tamaño que las caravanas de 2018 y 2019, éste es el mayor grupo movilizado por el sur de México desde la pandemia. En enero, una caravana partió de Honduras, pero las autoridades guatemaltecas la disolvieron antes de llegar a México.

Los grupos que salieron este año de Tapachula estuvieron integrados por menos de un millar de personas y todos fueron disueltos, en ocasiones con un uso excesivo de la fuerza, por elementos de la Guardia Nacional y los agentes de migración. (Agencias / Excélsior)