Un nuevo estudio confirma la presencia de una capa de hielo en la superficie del planeta enano; bajo ella, se oculta un océano

 

WASHINGTON.- Ceres es un planeta enano de 473 kilómetros de radio y que representa el objeto más grande del cinturón de asteroides situado entre las órbitas de Marte y Júpiter.

Utilizando datos de alta resolución espacial recopilados por el detector de rayos gamma y neutrones (GRaND) a bordo de la nave espacial Dawn de la NASA, un equipo de científicos planetarios han detectado concentraciones elevadas de hidrógeno en el cráter Occator (un cráter grande y joven de 92 kilómetros de diámetro) y también en los alrededores, que contiene los puntos brillantes más prominentes de Ceres.

El trabajo no deja lugar a dudas: “el planeta enano Ceres, el cuerpo más grande en el cinturón de asteroides principal, es rico en agua”, comenta Tom Prettyman, científico principal del Instituto de Ciencias Planetarias. “La estructura interior promedio de Ceres consiste en un manto rocoso y una corteza de 40 km de espesor, dominada por los restos congelados de un antiguo océano global”.

Los autores aclaran que en la porción más externa de Ceres hay agua helada que se sublima gradualmente en respuesta al calentamiento de la superficie por la luz solar. Estos resultados confirman, así, que la corteza exterior del planeta enano es rica en hielo y que el hielo de agua puede sobrevivir dentro de las eyecciones de impacto en cuerpos helados sin aire.

A tenor de los resultados, los científicos sugieren que el hielo ha sobrevivido en el subsuelo poco profundo durante los aproximadamente 20 millones de años posteriores a la formación del joven cráter Occator que contiene el “Spot 5”, el más brillante de los puntos brillantes observados por la nave espacial Dawn.

“En términos más generales, como un mundo oceánico, Ceres podría ser habitable y, por lo tanto, es un objetivo atractivo para futuras misiones”, concluye el experto. (Muy Interesante)