Cuando la coyuntura se vuelve la fortaleza, sobre todo por tratarse de “un nuevo comienzo” y teniendo como premisa que “amor con amor se paga”, las expresiones congruentes y auténticas se vuelven más difíciles de comunicar y de entender. El 25 de septiembre comienza una nueva oportunidad para Morena, demostrar que sabe gobernar será el más grande reto de Mara Lezama, la primera gobernadora de Quintana Roo, quien además tiene una oportunidad histórica, con todo a su favor pero con el enemigo cerca, dentro y siempre. El beneficio de la duda está latente, pero el tamiz de los retos también: la pacificación de Cancún y de los demás municipios, la voracidad demostrada de sus aliados verdes, la coyuntura nacional fragilizada, la fuerza necesaria para atarle la mano a sus funcionarios, las cuentas claras con el gobierno de su antecesor, la tentación de dejarse engañar por las hordas de lambiscones que ahí estarán, la seducción de los medios de comunicación para endulzarle el ego y frivolizar su imagen; no perder el piso es obligado, aun con el respaldo social que se depositó en ella y el diminuto ladrillo del triunfo, al final de cuentas, Mara, Morena y la 4T gobernarán los próximos cinco años, los primeros dos de ellos coincidentes con los últimos dos del presidente Andrés Manuel López Obrador.