Víctimas de abusos del cura Fernando Martínez Suárez cuando tuvo a su cargo el Instituto Cumbres Cancún, en la década de los 90, denunciaron que la estructura de encubrimiento de los Legionarios de Cristo sigue intacta; informe sobre el caso es “una farsa”, afirman

REDACCIÓN, MÉXICO.- Víctimas del sacerdote pederasta Fernando Martínez Suárez cuando tuvo a su cargo el instituto Cumbres en Cancún denunciaron como “una farsa” el informe presentado por los Legionarios de Cristo en el que reconocen abusos del cura, pues la estructura de encubrimiento dentro de la congregación sigue intacta, y anticiparon que presentarán una denuncia penal ante la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo contra el religioso y sus cómplices.

El caso cobró relevancia a nivel nacional el pasado mes de mayo, cuando la actriz Analú Salazar acusó en sus redes sociales a Martínez Suárez de haber abusado de ella sexualmente cuando tenía ocho años de edad, entre 1991 y 1992; el pasado 22 de noviembre, la organización católica estadounidense Praesidium, que llevó a cabo una investigación, por encargo de los Legionarios presentó un informe donde se expone el historial de abusos del sacerdote.

Sin embargo, denunció en rueda de prensa otra de las víctimas, Belén Márquez, hoy de 34 años, el citado informe no menciona a quienes interpusieron las denuncias en su contra y solo menciona a Martínez y a Marcial Maciel (1920-2008), sacerdote mexicano fundador de los Legionarios de Cristo, señalado por abusar sexualmente de miembros de la congregación y discípulos.

“El encubrimiento también es un crimen, y la Legión debe asumir y mencionar a quienes gestionaron el caso”, señaló Belén, quien aseguró haber sido abusada por Martínez Suárez en Cancún cuando tenía seis años.

Por su parte, Biani López sostuvo que también fue víctima del cura cuando tenía 10 años, y además fue obligada a ser testigo de los abusos que cometía contra otras niñas.

Denunció que Praesidium nunca intentó investigar a Eloy Bedia, entonces director territorial de los Legionarios, ni a Aurora Morales, “quien era prefecta de disciplina y maestra de moral en el colegio, y nos sacaba de los salones para llevarnos a las oficinas del padre Martínez y a la capilla, donde abusaba de nosotros”.

Calificó la investigación de “una simulación y una farsa”, y que lo que hizo Bedia para encubrir a Martínez “es lo mismo que está haciendo Praesidium hoy, que es lavarle la cara a los Legionarios”.

El abogado David Peña, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, señaló que las conclusiones del informe llaman a la “reconciliación”. “No hablan de acceso a la verdad, la justicia, la reparación del daño; de sanción, de medidas de no repetición, de prevención de esos mismos actos que se siguen cometiendo al interior de los Institutos Cumbres”, declaró.

Actualmente, el sacerdote Martínez Suárez tiene 79 años de edad, y vive retirado en una casa de religiosos en Roma.