Aparecidas en el libro Los días pardos de la pandemia. Crónicas de Campeche; vela el kerning, erratas y desaprovechamiento de contenido

 

HÉCTOR COBÁ

 

La pandemia del COVID-19 es analizada por novelistas, cuentistas, poetas, educadores, reporteros, periodistas e investigadores en el libro Los días pardos de la pandemia. Crónicas de Campeche, en éste se siente la destreza literaria del poeta y novelista Inosente Alcudia Sánchez, de la educadora e investigadora Guadalupe Montero Canto, del prolífico aeda y ensayista Enrique Pino Castilla; en las narraciones del doctor y critico social Manuel Gantus Castro, y del recién estrenado novelista y docto reportero Lorenzo Chim Caamal.

De ellos cinco sobresalen sus magníficos textos en el libro colectivo de reciente aparición. De este quinteto de literatos, personajes a los que se quiere, aprecia y estima, afecto que se busca reflejar en esta reseña, con base en la lectura exclusiva de sus crónicas.

Notorio es el desaprovechamiento de las pinceladas narrativas del grupo reseñado, las que, por su calidad, se deben usar como gancho para el lector, aunque el texto sea periodístico, similar a la entrada de una nota periodística que engancha al lector para que lea una información. Es evidente que el libro careció de un corrector de estilo y un editor de contenido narrativo que cuidara el uso de la narrativa ¡que sí la hay!

Caprichosa es la propuesta de este reseñador, quien tras la lectura considera ésta puede ser la entrada de Mi experiencia durante la pandemia de Guadalupe Montero Canto: “Aún nos queda mucho que aprender. Ojalá que aminore el egoísmo, la violencia, que aprendamos a compartir con los que no tienen y que nos comuniquemos con los que no tienen a nadie”, en lugar de una entrada débil. Esta autora antes de ser incluida en el tomo que se comenta, publicó los títulos La mujer mexicana a través de la historia y Manual de ortografía.

 

Vamos a vivir otra manera de relacionarnos, sin duda, y

también tendremos otros ojos para la naturaleza…

Un nuevo ser humano se está construyendo desde la

pandemia y debemos de aprovechar lo que nos atormenta

para ser sensibles

y humanos con nuestra circunstancia,

el mundo, la naturaleza y nuestro tiempo…

 

Es la entrada sugerida para Trémulo de Enrique Pino; el talante de los versos de Pino Castilla coquetean entre la crónica y el testimonio, lo que busca tal publicación, en la que destella la malicia literaria acumulada, el producto no es para menos si su raigambre, algunas de sus publicaciones de 1985 a 2010, son los poemarios Voces de la bahía, Coloquio de circunstancias, Itinerario de la Melancolía, Llama del silencio, El cuerpo también es el mar, Lluvia que lava ausencias, De cómo la luna fragua su luz en los muelles, Temporada en el puerto, Curandero de la palabra y Amarizar de faro; junto con las investigaciones: Los malecones de Campeche, Las esquinas de Campeche, El baile y el vestido en el folklore campechano. Asimismo, está incluido en los libros Bibliografía contemporánea del estado de Campeche de Silvia Molina, y en Juegos Florales Nacionales Universitarios (antología 1977-2007) editado por la Universidad Autónoma de Campeche (UAC) y en Tallereses.

Un enfoque personal muy personal, es visible en Ensueños del doctor y critico social Manuel Gantus Castro, autor de los libros de cuentos: El viejo y el niño, Rolo y otros cuentos.

 

A Inosente Alcudia Sánchez, silencioso y callado, producto de diestros tutores literarios de poesía y novela (de importancia nacional e internacional), lo que hace se luzca su maestría en el uso del lenguaje, se le indica la siguiente entrada en su Tres covideanas y un poema en soledad:

 

Recuento de células y sentimientos

El sonido de los astros retumba

El sonido de los astros retumba en la galaxia

El sonido de los astros retumba en la galaxia que se

expande

Y ahí vamos Pasajeros del día a día ingenuos locos

Desvelados

 

Sin presumir, Alcudia Sánchez es autor de los poemarios De candela y Entre notas marginales (traducida del español al portugués); poemas de él están incluidos en el tomo III de la Nueva antología de poetas tabasqueños contemporáneos (2006) compilada por Marco Antonio Acosta y en Levantar la voz (colectivo) con Daniel Sánchez Barrientos y Francisco A. Murillo

 

Aunque el novel novelista Lorenzo Chim Caamal con su ópera prima llena de vértigo cinematográfico Garra de Jaguar, la historia detrás de la máscara, presenta un trabajo, Hora de cierre, que cumple de manera exacta las exigencias de una crónica periodística, en la que respeta el ejercicio periodístico se le propone como entrada un párrafo suyo de la pagina 204:

 

…extrajeron de las profundidades tenebrosas y miserables de la esencia humana, ese odio irracional a lo desconocido, que motivó a ciertas hordas de ignorantes a perseguir, hostigar y hasta lastimar a quienes en realidad eran los ángeles enviados por Dios a los hospitales para aliviar con sus conocimientos de medicina y enfermería, a los que habían caído en las garras del virus nefasto.

 

Claro es, el libro careció de un corrector de estilo y un editor de contenido narrativo que cuidara el uso de la narrativa, que sí la hay, en unos textos que parecen periodísticos. Las pinceladas narrativas del quinteto reseñado, por su calidad, se deben usar como gancho para el lector, así como es la entrada de una nota periodística que engancha al lector para que lea una información.

Fallitas. Kerning. Exceso de kerning por justificación, la falta de respeto del espacio entre caracteres, los diseñadores que no usan el kerning también le llaman “hueva del diseñador”; en lugar de preferir que sí se desea mantener la caja de texto “en bloque”, entonces separar sílabas con su respectiva línea. En la página 226, afectó el inicio de texto del doctor y cuentista Manuel Gantus Castro.

En el proemio del exgobernador de Campeche Carlos Miguel Aysa González hay una injustificada ausencia de un acento en la palabra “mas” en el tercer párrafo, más la barbaridad de una festiva ocurrencia: “cuya publicación decidimos patrocinar, para difundirla a todos los municipios de la entidad, coincidiendo con sus autores en que estas narrativas serán valoradas en toda su magnitud por las generaciones futuras, a las que sin duda, su lectura les será de utilidad innegable; con un tiraje de 500 ejemplares”. Si la gente realmente leyera, se agotan los libros en tres colonias, respectivamente, de (las ciudades de) Calkiní, Ciudad del Carmen y de Campeche, ¡por favor! Mal y de malas, si la Secretaría de Cultura (Secult) tuvo que ver con esta compilación, como lo indica su logotipo en la última página, ¿Qué nivel de educación y cultura?

¡Aún hay más! La mayoría de los encabezados está con sólo mayúsculas, excepto uno, sí sólo uno. Como si fuera lujo, abuso de mayúsculas en los títulos de los trabajos, en lugar de tener un equilibrio entre mayúsculas y minúsculas.

 

A lo mejor este reseñador se pierde algún contenido en los escritos de Jesús Ayuso Barrera, Daniel Cantarell Alejandro, Humberto Muñoz Lara, Ramón Félix Santini Pech y de Ramón Iván Suárez Caamal. Algún día leeré sus puntos de vista…