MÉXICO.- En términos puramente numéricos, la relación comercial entre México y Rusia no es la gran cosa. El flujo que mantienen ambos países no representa ni siquiera 0.5% de las exportaciones ni de las importaciones totales mexicanas, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.

El principal producto exportado por México hacia Rusia son las autopartes, que representaron ventas por 57 millones de dólares (mdd) al tercer trimestre de 2021. En comparación, las exportaciones a Estados Unidos de autopartes y componentes para vehículos se cuentan en las decenas de miles de dólares.

México envía a los rusos teléfonos fijos y móviles, los cuales representaron 33.88 mdd en exportaciones entre enero y octubre del año pasado. Sin embargo, el monto es menos de 1% de las ventas mexicanas de este tipo de productos.

El resto de las exportaciones a Rusia incluyen desperdicios de cobre (10.65 mdd), vehículos turísticos para transporte de pasajeros (4.20 mdd) y partes de maquinaria (3.56 mdd), ninguno de los cuales representa ingresos significativos para el país.

El panorama cambia, sin embargo, del lado de las importaciones. Rusia es el principal proveedor de fertilizantes –ya sean nitrogenados o con componentes de fósforo, potasio y nitrógeno– del país. Entre 25% y 30% de los abonos que México importa son de origen ruso, básicos para la producción agrícola.

Si el fertilizante se encarece, también la producción agrícola y pecuaria, que a su vez encarece los alimentos, que ya cargan su propia crisis inflacionaria.

Al cierre del tercer trimestre de 2021, el principal producto ruso importado por México fueron los laminados de acero o hierro sin alear (674 mdd), seguido por el aluminio (248 mdd). (El Financiero)