Considerado uno de los cantautores más importantes de Latinoamérica, a Arjona se le ocurrió presentarse sorpresivamente ante los neoyorquinos en el Metro de la Gran Manzana, y, luego se colocar una silla y sentarse, comenzó a cantar en vivo

CIUDAD DE MÉXICO.- El guatemalteco Ricardo Arjona, en algún momento considerado ícono del pop, y siempre polemizando por el contenido de sus canciones, realizó un experimento social que no le fue nada favorable.

Considerado uno de los cantautores más importantes de Latinoamérica, a Arjona se le ocurrió presentarse sorpresivamente ante los neoyorquinos en el Metro de la Gran Manzana, y, luego de colocar una silla y sentarse, comenzó a cantar en vivo.

Pasaron los minutos y nada.

“Mentiría diciendo que me fue bien cantando en el metro de New York. Lo mejor que me pasó fue una señora Mexicana que me dijo que era el imitador de Arjona pero que yo era demasiado alto, que el verdadero Arjona era muy chaparrito. #NEGRO volver a la calle otra vez”, escribió en su cuenta de Instagram.

Nadie se detuvo a contemplarlo. Vestido con sombrero, gafas y muy casual, según muestra el video publicado con su queja.

El 19 de agosto pasado, publicó un adelanto de Negro, el álbum que quedó pendiente por el coronavirus, por lo que quizás la oculta intención sea promocionarse de manera humilde.

Arjona tiene previsto lanzar esa producción en octubre. Y para febrero de 2022 tiene programada una gira por Europa: en 25 conciertos recorrerá España, Italia, Francia, Suiza, Alemania e Inglaterra, dentro de Blanco y Negro, la gira.

Montado o no, lo cierto es que pasó inadvertido. Y eso duele.