El destacado astrónomo yucateco falleció el jueves a los 91 años; fue Premio Nacional de Ciencias en 1975 gracias a su trabajo para calcular la masa de galaxias elípticas

MÉXICO.- La astronomía está de luto, debido a la muerte de Renan Arcadio Poveda Ricalde, quien fue Premio Nacional de Ciencias en 1975 gracias a su trabajo para calcular la masa de galaxias elípticas.

El astrónomo mexicano falleció el pasado jueves 24 de marzo a los 91 años de edad, aunque se desconocen más detalles de su deceso. Poveda Ricalde nació el 15 de julio de 1930 en Mérida Yucatán, estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México y el doctorado lo realizó en la Universidad de California, en Berkeley.

“Yo he sido muy afortunado de haber incursionado en varios campos de la astronomía, y de haber disfrutado ese exquisito, irremplazable e íntimo goce de haber juntado algunas piezas sueltas del gran rompecabezas cósmico y de haber visto y comprendido algunas nuevas”, enfatizó Poveda Ricalde en el discurso que dio el 1 de marzo de 1989, cuando ingresó a El Colegio Nacional.

Fue autor del Método de Poveda, que desarrolló en 1958, una innovadora forma de calcular la masa de las galaxias esféricas y elipsoidales. En 1974 mostró, con C. Allen, que los sistemas múltiples de tipo trapecio no se encuentran en expansión, sino en un estado de equilibrio dinámico. Estudió también la función de luminosidad estelar y el efecto de disociación que se manifiesta en las estrellas dobles de la vecindad solar.

A lo largo de su carrera, estudió la evolución estelar, en sus dos extremos: el nacimiento de las estrellas, y su muerte, y sus investigaciones permitieron concluir que la masa y las energías eyectadas son menores de lo que se consideraba hasta antes de sus observaciones; sus trabajos sobre el nacimiento de las estrellas sirvieron de punto de partida para todo el campo de la cosmogonía estelar infrarroja, y trabajó en la dinámica y cosmogonía de las estrellas dobles y múltiples y de las estrellas desbocadas.

Arcadio Poveda recibió el Premio de la Academia de la Investigación Científica en 1966, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1975 y la Medalla Eligio Ancona en 1977, entre otros reconocimientos por su labor.

Fue miembro del Consejo Asesor del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República; de la Junta de Gobierno de la UNAM; de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica; del Comité Técnico y Científico del Gran Telescopio Milimétrico, Universidad de Massachusetts-INAOE, del Consejo Asesor del Proyecto Universitario de Investigaciones Espaciales y Planetarias, y fue consejero técnico del Instituto de Investigaciones en Óptica.

Participó en los libros La ciencia en la revolución francesa (1991); Siete problemas de la astronomía contemporánea (2004), Una visión integradora: universo, vida, hombre, sociedad (2001), La evolución en la astronomía (2006). También en Breve historia de la astronomía en México (2007), título editado por la UNAM, y en el libro El cráter de Chicxulub (2007) que editó el Gobierno del Estado de Yucatán. Más adelante, compiló las obras de Guillermo Haro en dos tomos, publicados en 2009.