Tras perpetrar el asesinato, sicario conversó durante una hora con un cura sobreviviente, e incluso le pidió confesarse

AGENCIAS

CHIHUAHUA.- Los cuerpos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora fueron localizados la tarde de este miércoles, dos días después después de su asesinato, junto a los del guía de turistas Pedro Palma, informó la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos.

En un videomensaje desde el municipio de Urique, la mandataria panista dijo que “gracias a un esfuerzo extraordinario de la Fiscalía del Estado comandado por el maestro Roberto Fierro y comprobado por medicina forense, es que se pudo constatar que se trata de los clérigos ultimado en la comunidad de Cerocahui”.

El triple homicidio ocurrió el 20 de junio cuando los sacerdotes protegían al tercer hombre, quien se resguardó en una iglesia de sujetos armados que lo perseguían.

Tras perpetrar el crimen, el sicario que disparó contra los tres estuvo todavía una hora hablando con otro cura al que no disparó, contó este miércoles el padre jesuita Javier Ávila.

El padre Ávila dijo que habló con el padre Jesús Reyes, quien estaba en el lugar al momento del ataque.

“Él (Jesús Reyes) se queda en medio y él dice: ‘Yo sigo. No sé por qué no me mató’. Se quedó en medio desconcertado. (El sicario) se puso a platicar con él, incluso me dice que se arrodilló y le pidió perdón, le pidió confesión”, contó Ávila en Radio Fórmula.

La conversación duró aproximadamente una hora; el padre sobreviviente intentó convencer al sicario de que dejara los cuerpos de las personas asesinadas dentro del templo, pero al lugar arribaron hombres armados que se los llevaron.

José Noriel Portillo, alias ‘El Chueco’, es el principal sospechoso del triple homicidio. Desde hace al menos una década, como líder de ‘Los Salazares’ en el municipio de Urique, se adueñó de la vida y acciones de los pobladores de esa región de la Sierra Tarahumara.

El sacerdote Javier Ávila aseguró  que los jesuitas asesinados conocen bien a José Noriel Portillo, desde que era niño.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este miércoles que elementos del Ejército mexicano patrullaban la zona de la sierra Tarahumara para recuperar los cuerpos de los tres asesinados y capturar al culpable. Ademas, dijo, hay dos desaparecidos, entre ellos la esposa del civil asesinado. Confirmó que una niña también había sido secuestrada, pero fue liberada poco después.