BERLÍN.- El ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, planteó imponer un confinamiento domiciliario para quienes no se hayan vacunado contra el COVID-19, una iniciativa que, en cualquier caso, podría terminar aplicando el futuro gobierno, con el socialdemócrata Olaf Scholz al frente. Spahn, compañero de partido de la canciller Angela Merkel reconoció la necesidad de que se acuerden nuevas restricciones, pues los no vacunados “representan un riesgo para todo el sistema de salud”. Además, consideró la cancelación de grandes eventos, o al menos la reducción de aforos, así como cierres de locales de ocio nocturno.