MÉXICO.- En contradicción con los compromisos de Andrés Manuel López Obrador, la administración actual continúa con la extracción de hidrocarburos no convencionales mediante la fracturación hidráulica, o fracking, una técnica altamente contaminante lanzada y promovida en México durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa y que el gobierno de Enrique Peña Nieto potenció en la reforma energética de 2013, con la asignación de 8 mil 241 km² de territorio para este fin, acusó la Alianza Mexicana Contra el Fracking.

La organización afirmó que a lo largo de 2019 la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) –que en ese año tuvo numerosos cambios en su directorio– elaboró seis Planes de Exploración de hidrocarburos en yacimientos no convencionales en Puebla y Veracruz, mientras que la Secretaría de Energía (Sener) –dirigida por Rocío Nahle– mantuvo 12 asignaciones de posibles yacimientos de lutitas a Pemex Exploración y Producción (PEP), la filial de Pemex que empezó perforar pozos en 2010.

Recordó que Pemex, en su Plan de Negocios 2019-2023, tiene a la exploración de yacimientos no convencionales como una prioridad, mientras que PEP ejerció mil 697 millones de pesos para el proyecto “Aceite y Gas en Lutitas” y otros 4 mil 817 millones de pesos al proyecto Aceite Terciario del Golfo entre 2019 y 2020.

Discursos no se traducen en hechos

Ello, según la Alianza Mexicana Contra el Fracking, muestra que “los compromisos y los discursos no se están traduciendo en hechos” y que “la fractura hidráulica para explotar hidrocarburos en lutitas sigue estando en la agenda pública”, en referencia a los compromisos de gobierno que López Obrador anunció en su discurso de investidura el 1o de diciembre de 2018, cuando aseveró que “no usaremos métodos de extracción de materias primas que afecten la naturaleza y agoten las vertientes de agua como el fracking”.