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WASHINGTON.- A diferencia de lo que sucede con otros animales, donde la hembra perece una vez que su periodo de fertilidad llega a término, las orcas viven mucho más allá del nacimiento de sus crías. Según los antropólogos, las abuelas viven más tiempo para transmitir los genes en presencia de sus nietos.

Es un fenómeno sociológico denominado “el efecto abuela” donde, generalmente, la abuela asume la responsabilidad por cuidar y alimentar a los niños tras la menopausia.

Las orcas hembras, conocidas popularmente como ballenas asesinas, pierden la capacidad de concebir a los 45 años de edad. Sin embargo, su vida se extiende hasta los 80 o 90 años y son capaces de ayudar a sus hijas a cuidar a las crías durante todo ese tiempo.

Cuando una orca joven crece bajo el cuidado de su abuela, sus posibilidades de supervivencia aumentan. Si consideramos que las hembras de orca son infértiles casi la mitad de sus vidas, la razón tras este comportamiento es muy simple. Las orcas abuelas poseen un profundo conocimiento sobre la ecología de su hábitat, y esto las convierte en líderes naturales. Según Daniel Franks, autor principal del estudio, son las abuelas quienes se encargan de obtener comida para las crías de sus hijas.

Para dicho estudio se consideraron grupos de orcas que viven en la costa de la Columbia Británica y el estado de Washington. Tras analizar los datos censados en el transcurso de cuatro décadas, concluyeron que los nietos de las orcas tienen vidas cortas una vez que la abuela muere.