Nueva biografía escarba en la compleja humanidad tras la imagen del poeta sentimental, desdichado en amores, de la que el propio escritor se burlaba

AGENCIAS

MADRID.- El 22 de diciembre pasado se celebró el 150º aniversario de la muerte del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, considerado como el segundo autor clásico español más leído después de Cervantes. Y el aniversario coincide con la publicación en España de una desmitificadora biografía sobre el personaje, a cargo del profesor Joan Estruch Tobella, titulada Bécquer. Vida y época, un volumen de 487 páginas que forma parte de la colección editorial Cátedra Biografías.

La figura de Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836-Madrid, 1870) permanece para gran parte del público envuelta en un aura de romanticismo, propiciada por la popularidad de sus rimas (“Volverán las oscuras golondrinas / en tu balcón sus nidos a colgar / (…)”), que se complementa en ocasiones con un estilo más vulgar y directo, mucho menos difundido: “¡Oh coño entre los coños escogidos, / peluca entre pelucas bien rizada, / quien te metiera el instrumento erguido / y te dejara de joder cansada”.

Bohemio, soñador marginado, desgraciado en amores, autor de poemas cursis… todo eso se ha dicho de él, pero también se le ha atribuido la paternidad del satírico álbum Los Borbones en pelota, formado por más de un centenar de acuarelas de contenido republicano y anticlerical, con caricaturas pornográficas de burla hacia la realeza.

Estruch Tobella aclara que la leyenda de Bécquer no sólo afectó a su biografía, que ha quedado convertida en un verdadero arsenal de tópicos acerca del ‘poeta del amor y del dolor’, del ‘sentimentalismo casero’. Se concluye que la mitificación ha distorsionado también la interpretación de sus obras; durante muchos años, por ejemplo, quedaron silenciados todos sus textos políticos, porque no encajaban con la imagen angelical del poeta.

Incluso el mito de su deceso, atribuido a la ola de frío y a la nevada que sacudió Madrid a finales de 1870 y sublimado por la coincidencia con un eclipse de sol, sería desvelado en la rima 55 del Libro de los gorriones, censurada en una primera edición: “Una mujer me ha envenenado el alma, / otra mujer me ha envenenado el cuerpo”. Podría ser una confesión ante una enfermedad venérea, lo cual plantea el debate sobre hasta qué punto las Rimas son o no una especie de diario autobiográfico, plantea el autor.