La pandemia permitió a las organizaciones delictivas diversificar sus actividades, señala; el CJNG, la de mayor presencia en el país

MÉXICO.- Durante 2020, el Programa de Política de Drogas (PPD) del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) documentó la presencia de 150 grupos criminales que operan en todo el país —la mayoría de ellos surgidos de la fragmentación de grandes organizaciones delictivas del pasado— y que ya no se dedican solo al narcotráfico, sino también al robo, la extorsión y el comercio al menudeo de productos y sustancias ilícitas.

A través de la recopilación y sistematización de poco más de 9 mil noticias publicadas durante 2020 en medios locales, nacionales e internacionales, los investigadores construyeron la Base de Datos de Presencia Criminal en México 2020 (BACRIM 2020), con la cual pudieron documentar, además, que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es el grupo con mayor presencia en el país al operar en 23 entidades. Le siguen el Cártel de Sinaloa y la Nueva Familia Michoacana con presencia en 14 y ocho estados, respectivamente.

La base de datos señala que las entidades donde mayor número de grupos criminales operan son, además de la CDMX, que encabeza la lista, Guerrero, Morelos, Chihuahua, Estado de México y Michoacán. En cada una de ellas, se documentó la presencia de entre 10 y 15 grupos criminales.

Alejandro Pocoroba, investigador del PPD, señaló en entrevista que en 2006, poco antes del inicio de la llamada “guerra contra el narcotráfico”, se tenía conocimiento de la operación de seis grandes organizaciones criminales: los cárteles de Juárez, Tijuana, del Golfo-Zetas, Los Valencia o Milenio, La Familia Michoacana y el de Sinaloa.

Al paso de los años, estas organizaciones han cambiado, se han fragmentado y han diversificado sus actividades, y si bien es cierto que los 150 grupos criminales documentados por el PPD no son tan grandes como los otros seis, ahora se tiene conocimiento de células más pequeñas que trabajan en coordinación con las organizaciones más grandes.

“Han ido diversificando sus actividades, es decir, ya no solamente se dedican al tráfico de drogas, sino también al tráfico de armas, el tráfico de otro tipo de estupefacientes, ya no solo naturales sino también químicos, por ejemplo, el fentanilo, o bien, a la extorsión y el robo”, explicó el investigador. (Animal Político)